El pasado 28 de Febrero de 2018 La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) confirmó que varios insecticidas neonicotinoides utilizados a día de hoy, representan un alto riesgo para las abejas silvestres, también conocidas como el abejorro común y la abeja solitaria.
Tras examinar 1.500 estudios científicos, los resultados varían según la especie, el uso del plaguicida y las distintas rutas de exposición, no obstante, todos ellos confirman que los neonicotinoides representan un riesgo para las abejas.
En los últimos años, se ha alertado de un descenso de abejas considerable debido al uso de pesticidas, la destrucción de su hábitat, el cambio climático y especies invasoras entre otras causas.
Distintos trabajos de campo han puesto de manifiesto un descenso del 24% de colonias de abejas durante el invierno de Hungría y un 79% en Reino Unido. Sin embargo, Alemania no ha detectado efectos negativos.
Ben Alex Woodcock, principal autor del trabajo indicó que, a pesar de estos inconvenientes, estos pesticidas presentan una serie de ventajas como la protección de la planta frente a otros insectos y la reducción de la utilización de insecticidas de amplio espectro. Como consecuencia de ello, las autoridades deben ahora estimar estos riesgos y compararlos con otras alternativas.
La ONG ecologista Greenpeace ha hecho una petición al Gobierno español para que respalde la propuesta de prohibición de los tres insecticidas neonicotinoides (imidacloprid y clotianidina, fabricados por Bayer, y tiametoxam, de Syngenta) que se votará en Bruselas el próximo 22 de marzo.
Ha llegado el momento de plantearse….¿Qué está ocurriendo con las abejas?
Fuente: EL PAÍS – 28 de febrero, 2018